Escribir el miedo

El miedo puede ser algo que nos limita, aún sin darnos cuenta. El problema no es experimentar el miedo, el problema viene causado por su gestión. Pero también puede ser funcional, en muchos casos puede ayudarnos a poner en valor las relaciones que tenemos o puede ser fuente de motivación. En mi vida ha estado muy presente de diversas maneras y realizar este ejercicio me ha ayudado de forma considerable.

Escribir el miedo tiene como finalidad máxima la reducción de la sensación de miedo y la potenciación del empoderamiento personal. 

Puedes realizar este ejercicio de dos formas:

La primera, es escribirle una carta. Trata al miedo como si fuera una persona, cuéntale qué sensaciones te genera, agradécele por haber estado presente y por lo positivo que haya aportado, pídele que se relacione de otra manera y cuéntale la forma en que te relacionarás con él desde ahora. No te dejes nada por dentro, saca todo lo que realmente sientes por "tu miedo", y ¡libérate!

Otra forma de realizar este ejercicio y que será de gran ayuda, es escribir aquellos planes que podrías hacer si no tuvieras miedo a nada. Incluye planes que tengan relación con tu trabajo, tus obligaciones diarias, tus amigos e incluso tu pareja. ¡no tengas miedo! Encuentra todo aquello que no estás haciendo por "miedo" y sé consciente de ello. 

Aunque no te sea fácil cambiarlo de un momento a otro, por lo menos sabrás por dónde empezar y podrás identificar cuáles son esos factores que te impiden hacer cambios en tu vida. 

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