Preguntas diarias

Las preguntas diarias son una serie de preguntas que tú eliges responder todos los días (ideal) y que el hábito de responderlas te ayudará a conectar con tus emociones, pensamientos y deseos.
Este ejercicio busca desarrollar la autoconciencia y la reflexión personal mediante la escritura de respuestas a preguntas profundas cada día. Ayuda a reconocer patrones emocionales, desbloquear pensamientos y organizarlos, gestionar las emociones diarias, y fortalecer el diálogo interno con compasión y claridad.
¿Por qué responder las mismas preguntas todos los días ayuda? Porque generas un momento para estar contigo, para pensarte y repensarte. Una forma de conocerte, de registrar lo que piensas, dices, haces y sientes. Le das espacio a tus deseos y pensamientos. Puedes identificar si hay alguna situación que te bloquea o te hace mal. También aquello que te hace bien.
Escoge un momento del día en que puedas escribir sin interrupciones. La mañana te ayuda a fijar intenciones y la noche facilita la reflexión sobre lo vivido.
¿Cuáles son las preguntas que puedes responder?
Te comparto algunas preguntas que yo suelo responder, pero quiero que sepas que esto es algo personal y que tú puedes cambiarlas, agregar o quitar preguntas. Todo va a depender de lo que quieras ir analizando en tu día a día.
¿Qué ha sucedido hoy?
¿Cómo me he sentido?
¿Qué emoción predominó hoy en mí?
¿Qué me ha generado dolor?
¿Qué me hizo sentir en paz hoy?
¿Cuándo ha sido el mejor momento?
¿Qué me ha preocupado?
¿Qué pienso acerca de...?
¿Cómo me sentí físicamente?
¿Qué aprendí sobre mí mismo/a hoy?
¿Qué situación me generó incomodidad y por qué?
¿Cómo me gustaría que fuera el día de mañana?
¿Qué cosas quisiera hacer?
¿Qué quisiera lograr?
¿Qué me ayudaría a ser más productivo?
Al final de tus respuestas, escribe una frase de cierre que resuma tu aprendizaje o una intención para el día siguiente. Por ejemplo: "Hoy comprendí que necesito más descanso. Mañana me daré permiso para pausas sin culpa."
Una vez a la semana, dedica un momento a releer tus respuestas. No para juzgarte, sino para detectar patrones, emociones recurrentes o avances personales. Marca frases que reflejen crecimiento, desafíos o revelaciones importantes. Pregúntate: ¿Qué se repite en mí? ¿Cómo ha cambiado mi percepción con el tiempo?
Tras la relectura, podrías escribir una breve reflexión sobre lo que has descubierto. Puedes responder:
- ¿Qué aspectos de mí quiero fortalecer?
- ¿Qué me inspira más de mi propio proceso?
- ¿Hay algún tema sobre el que quiero profundizar?
Este ejercicio funciona como un espejo íntimo de tu mundo interno, fortaleciendo la conexión contigo mismo/a.